En los tiempos actuales, es muy común oír hablar de robótica aplicada a los niños. La robótica como herramienta pedagógica está cada día cobrando mayor relevancia, ya que a través de actividades lúdicas, los escolares desarrollan diferentes capacidades que serán de gran utilidad en el futuro. Sin duda, esto es parte del enorme avance de las nuevas tecnologías (TIC).  La robótica parece ya haber despegado para instalarse en diferentes ámbitos de la enseñanza, y hay quien apuesta por su introducción en la infancia.

¿Por qué la robótica es un buen recurso educativo?

Para comprender más acerca de esta técnica y su inserción en la infancia, hay que saber que es una rama de la tecnología que estudia el diseño y construcción de máquinas capaces de desempeñar tareas realizadas por el ser humano o que requieren del uso de inteligencia. En el caso de la robótica como herramienta pedagógica, se habla de un entorno de aprendizaje multidisciplinario y significativo. Es una herramienta mediante la que los niños aprenden construcciones simples y a edades tempranas.  La tecnología se presenta ante los menores de forma lúdica, incentivando en ellos el despertar de las ciencias. Innovando de manera didáctica, se busca siempre la motivación para desarrollar las habilidades necesarias a fin de hacer frente a los nuevos desafíos que el mundo y la ciencia actual imponen e impondrán en el futuro. Además, las actividades robóticas son altamente motivadoras para despertar el trabajo en equipo en los niños, dado que se les enseña a pensar y a dominar sus emociones. El resultado se traduce en una mayor concentración, que se suma al aporte de seguridad y confianza en sí mismos al ver lo que son capaces de crear e investigar.

La puesta en práctica

Ahora bien, al pensar en la llegada de la robótica a las escuelas infantiles, surgen una conjunción de diferentes acciones que involucran a los niños. Tienen que investigar en grupo, lo que genera que ellos mismos adapten su interacción social al medio educativo, al cual también le suman la investigación, exploración y muchas acciones más, como poner a prueba su paciencia y su tolerancia al error. El ensayo y error se convierte en un nuevo desafío que explorar, modificar y solucionar. La robótica como herramienta pedagógica permite que los niños interactúen con un cúmulo de herramientas que van llevando a su vez a un despertar de la imaginación y la creación. Se activa el interés de los menores que desde edades tempranas se proponen desafiar la ciencia y la electrónica. La robótica se transforma en una actividad que los entretiene, los divierte, y a su vez se olvidan que solo es una tarea más que incorpora el aprendizaje. Iniciar a los niños en el ámbito de la robótica es también ayudarlos a explorar áreas como la ciencia y la tecnología, junto con las matemáticas,  para que se conviertan en sus aliadas de forma divertida y muy atractiva para ellos. Además, gracias a los retos que se les presentan, mientras juegan y aprenden, los infantes podrán enfrentarse a sus propias emociones y aprender a regular sus intervenciones y su capacidad crítica.

Nativos digitales

¿Qué ocurre cuando los niños tienen la posibilidad de poder jugar a crear a través de la robótica? Principalmente que se divierten, ya que es una actividad lúdica. Esto confluye en algo que es clave en la infancia: el despertar su creatividad. Dentro de un entorno donde se pueden equivocar y rectificar, pueden ser críticos para mejorar. Los niños instalan en su cabeza la idea de superación, lo que les ayuda a seguir aprendiendo y mejorando su manera de hacer frente a la frustración. La mayoría de los niños son nativos digitales y están familiarizados con el uso de tecnologías, por lo que utilizar la robótica como herramienta pedagógica desde las instituciones educativas en el tramo de la primera infancia debe orientar ese trabajo a acompañarlos para que puedan iniciar el desarrollo de sus capacidades. Esto les permite construir habilidades futuras para enfrentarse a los nuevos desafíos que tendrán las futuras generaciones.