Los retrocesos y sus causas
A medida que va madurando el sistema nervioso central van percibiendo en mayor medida la sensación en los esfínteres, aunque al principio no son capaces de controlarlos. El proceso debe adaptarse a cada niño y hay que tener en cuenta, además, que es posible que se presente un retroceso o estancamiento. Las regresiones son totalmente normales, no hay que alarmarse. No son más que la pérdida temporal de una habilidad ya adquirida. Pueden ocurrir en cualquier momento, pero es más habitual en etapas de cambio:- La llegada de un nuevo miembro a la familia. Es muy posible que se sienta celoso e intente llamar la atención haciéndose pis.
- La muerte de un familiar. Intenta volver al momento en el que esa persona aún vivía volviéndose a hacer pis. “Si me hago pipí, puede que vuelva”.
- Un viaje. El niño podría encontrarse incómodo y fuera de su rutina.
- Un cambio significativo en la estructura familiar, por ejemplo, una separación, a menudo es el desencadenante de este retroceso.
- Una situación imprevista (una caída fuerte, un accidente en coche).
Refuerzos positivos ante las pequeñas grandes victorias
Por supuesto, el camino hacia dicha autonomía debe ir acompañado siempre de refuerzos y nunca de castigos. Estas ‘recompensas’ incrementan la posibilidad de que vuelvan a hacerlo. Cualquier paso hacia delante es una gran victoria. Es preferible reforzarlos con abrazos, besos y expresiones de alegría en lugar de proporcionarles premios materiales como chocolatinas u otras golosinas. No obstante, en el momento en que consigan de forma total la conducta adecuada, iremos disminuyendo paulatinamente las recompensas porque, de lo contrario, perderían su eficacia. Es un proceso natural y tenemos que actuar con normalidad. Pero hay una cosa evidente, y es que los castigos hacen que el niño no avance y se frustre. Por tanto, los encargados de cuidarlos debemos ser pacientes y apoyarlos en todo momento. El papel del adulto es fundamental desde antes de plantearse la retirada del pañal. Tanto los padres como las escuelas infantiles deben estar en continuo contacto para coordinarse y empezar al tiempo con este objetivo.Tips para padres
1. Dale herramientas
Hay que proporcionarles el vocabulario relacionado con las partes del cuerpo y hacerlos partícipes en el proceso de cambio de pañal. De este modo, terminarán distinguiendo si tienen pis o caca, lo que les ayudará a identificar lo que están sintiendo y a pedir ayuda cuando la necesiten. Para ello, uno de los recursos que podemos utilizar son los cuentos. Algunos buenos ejemplos son:¿Puedo mirar en tu pañal?

El orinal de Lulú

¡Todo el mundo va!

Nacho ya no usa el orinal

2. Intenta ponerte en su lugar
Si las cosas no salen como se esperaba, trata de calmarlo diciéndole que es algo totalmente normal, que a todos los niños les pasa y que con el tiempo mejorará. Cuéntale tu propia experiencia para que vea que a sus papás también les pasó lo mismo y no se sienta distinto a los demás.3. Habla sobre ello
Comunícate con tu hijo, es un elemento clave para revertir la situación. Dile que has notado un cambio en su comportamiento y rutina. Pregúntale por qué ha pasado de nuevo y hazle reflexionar sobre el tema. Todo ello debemos trabajarlo siempre desde el cariño, con buenas palabras y tranquilos.4. Busca resultados
Pregúntate por qué ha ocurrido, puede que haya habido algún cambio en su entorno que le provoque ansiedad o estrés y no lo hayas percibido.5. Sin presiones
Intenta no ir demasiado rápido para recuperar la conducta perdida, recuerda que son niños y necesitan su tiempo. Hay que hacerlo lentamente para evitar frustraciones. Las regresiones no son para siempre y muchas duran apenas unas semanas, poco a poco comenzarán a desaparecer. Hazle saber que tienes interés por cómo se siente, qué le preocupa y qué podrías hacer tú para ayudarle.6. Sistema de recompensas
Una buena opción es crear una tabla con pegatinas de caritas sonrientes para reconocer a tu hijo sus logros de la semana.Ayudas que a veces no lo son tanto
La mayoría de los niños empiezan a controlar el pipí antes que la caca, incluso es posible que se nieguen a hacer caca en el orinal o en el W. C. Otro aspecto que suele ser común es que consigan dominar antes los esfínteres en el día que en la noche. Los padres, de manera inconsciente, presionan a su hijo para que se siente en el W. C. o en el orinal. En el mercado hay una gran variedad de orinales de todas las formas, tamaños, colores e incluso con sonidos, algo que en realidad los niños no necesitan para lograr su objetivo. Es más importante acompañarlos y confiar en ellos. Los pañales tipo braguita son famosos para esta fase de aprendizaje del control de esfínteres, pero pueden provocar confusión en los niños y las niñas, ya que no reconocen bien los estímulos —no se sienten mojados porque se absorbe el pis— y esto, en ocasiones, ralentiza bastante el proceso de transición al W. C.Señales de que el niño está preparado y ha llegado el momento de quitar el pañal
Algunos signos que nos indican que el niño está ya listo para asumir este desafío son:- Se siente incómodo cuando el pañal está mojado o sucio, e incluso tira de él para quitárselo él mismo.
- Pasa varias horas seguidas seco.
- Comienza a comunicar la necesidad de hacer pis o caca.
- Pide ir al baño o se muestra curioso cuando tú vas y te imita.
- Empieza a realizar acciones de forma autónoma; por ejemplo, utiliza la cuchara y se baja él solo los pantalones.
- Se interesa por los cuentos que hablan de pipí y caca.
Equipo de la Escuela Infantil Bilingüe Buhitos Centro de Educación Infantil asociado a ACADE
