La gran mayoría de las personas que conviven con un animal de compañía lo consideran
un miembro más de la familia. Por eso, cuando se produce un divorcio o una separación, nadie quiere renunciar a pasar tiempo con su peludo.
El espinoso asunto de a quién le corresponderá la custodia de la mascota puede generar discusiones y conflictos difíciles de resolver sin la intervención de ayuda externa.
Ellos también sienten
Como sucede con todos los temas relacionados con el fin de un matrimonio, lo ideal es llegar a un acuerdo voluntario a través del diálogo. Ese pacto será ventajoso para la expareja y también para la mascota, que, como el resto de la familia, se verá afectada por la nueva situación.
No hay que olvidar que
los animales de compañía también experimentan estrés, depresión y ansiedad, como se está comprobando ahora que les sucede a aquellos cuyos dueños han tenido que regresar a los trabajos presenciales tras la pandemia.
“Lo mejor es negociar personalmente para alcanzar un acuerdo que se ajuste más y mejor a los intereses y necesidades de ambas partes, lo que también garantiza un mayor grado de cumplimiento”, apunta el mediador familiar David Fernández.
Cómo afectan los recientes cambios en el Código Civil
Los cambios que recientemente se introdujeron en el Código Civil español relativos a los animales reconocen, por primera vez, que
son seres sintientes y no meros objetos. Además, en dichas modificaciones se anima a que
sus dueños lleguen a un entendimiento sobre su custodia compartida.
Actualmente, el convenio regulador del
divorcio o de la separación tiene que incluir
una cláusula específica sobre qué va a suceder con la mascota que la hasta entonces pareja tenía en común.
En los casos en los que el proceso no se produzca de mutuo acuerdo, el juez que revisa el convenio debe cerciorarse de que lo pactado no es perjudicial para el animal.
Si lo considerara negativo, podría imponer una solución o pedir que las dos personas implicadas lo modifiquen.
La titularidad ya no es determinante
Otro cambio de tendencia que fomenta el espíritu negociador y que no da por sentada la propiedad del peludo es que
ya no basta con figurar como su dueño en el registro administrativo. Recientes sentencias
han valorado más los vínculos emocionales entre los animales de compañía y sus cuidadores que la titularidad administrativa, por lo que han terminado concediéndoles a estos la custodia compartida.
Y ¿qué sucede cuando cada miembro de la pareja tiene opiniones diferentes sobre lo que se debe hacer con su mascota? “Si los propietarios no pueden llegar a un consenso por su cuenta,
tienen dos caminos: negociar con ayuda de un mediador profesional o dejar que un juez tome la última decisión”, señala Fernández.
Entre las ventajas de la mediación destaca que el proceso
ayuda a cerrar la relación de una forma más amistosa. Así, se rebaja mucho la angustia y la ansiedad que tanto afectan a personas y animales durante los divorcios y las separaciones.
Los mediadores son expertos en gestión de conflictos y en situaciones de crisis. Acompañan a la expareja durante toda la negociación y favorecen que dialogue y que ponga el foco en el futuro y no en el pasado.
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Cuando hay niños, se suele decidir que el animal se quede con quien vivirá con los hijos | Fuente: Canva[/caption]
¿A quién le corresponde la custodia de la mascota cuando hay hijos?
La situación de las familias con hijos es ligeramente distinta. Como se entiende que el contacto entre
los niños y los animales es positivo para su bienestar, normalmente se decide que estos últimos vivan donde lo hagan los menores.
¿Qué sucede con las parejas de hecho?
En este caso puede haber cierta incertidumbre, ya que los cambios del Código Civil únicamente se aplican a las que están casadas. “Siempre recomendamos a las parejas de hecho que firmen
un acuerdo de contrato de copropiedad de su animal de compañía”, concluye David Fernández. También ellas pueden acudir a mediación para resolver los conflictos relacionados con este asunto.
Si las dos personas implicadas no alcanzan un entendimiento sobre cómo compartir la custodia de la mascota, ya sea tras intentarlo por su cuenta o con un proceso de mediación, será un juez quien tome la decisión.
Prueba
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