Pautas y recomendaciones para informar al niño
¿Quién debe informar?
Las personas más indicadas para informar al menor de su enfermedad y tratamientos son los padres. El médico puede ayudar en la comunicación en aquellos casos en los que los adultos no se sienten capaces, pero siempre deberán estar presentes para apoyarle y compartir con él este duro momento.¿Cómo se debe informar?
- Antes de hablar con su hijo, los padres deben prepararse y pensar qué le van a decir y cómo van a responder a sus preguntas. No siempre será fácil, por lo que recurrir al personal sanitario o a psicólogos, puede ser de gran ayuda en muchos casos.
- Es fundamental mantener el contacto físico y visual con el niño mientras se hable con él.
- Hay que permitir al menor cualquier expresión afectiva: tristeza, rabia o miedo. Hacerle ver que son sentimientos “normales” y que cuenta con el apoyo de adultos en todo momento.
- Es recomendable tratar de conocer y eliminar posibles sentimientos de culpa.
- El lenguaje ha de ser claro y sencillo, adaptado a su edad y a su grado de madurez.
- Hay que recordar que no sólo es importante hablar, sino que, además, hay que hacerlo con sinceridad, sin engañar. Esto aumentará la confianza del menor en los padres.

¿Qué se le debe decir?
0 – 2 años
No entienden qué es el cáncer. Lo que más les preocupa es separarse de sus padres, así como lo que sucede en el día a día.- Es importante permanecer junto a él y cuando no sea posible, darle algún objeto o juguete que le dé seguridad.
- Hay que contarle de forma muy sencilla las cosas que van a ir ocurriendo.
2 – 6 años
Los pequeños comprenden qué es una enfermedad, aunque creen que siempre está causada por factores externos (virus) o por una acción concreta (por ejemplo “me he portado mal, el otro día me caí”).- Hay que tener en cuenta que el niño ya tiene capacidad para interpretar los mensajes no verbales de su entorno que le sugieren “que algo malo está ocurriendo”.
- Se recomienda preguntarle sobre lo que piensa y lo que siente.
- Es bueno explicarle que el tratamiento es necesario para eliminar la enfermedad y que esta no es una consecuencia de su comportamiento o de sus pensamientos.
7 – 12 años
Tiene un mayor conocimiento de su cuerpo, y aunque sigue pensando que la enfermedad está causada por gérmenes y otras fuerzas externas, también sabe que existen causas internas. Entiende que la mejoría aparece tras la administración del tratamiento y colabora más.- La explicación sobre la enfermedad y los tratamientos debe ser más detallada, pero es conveniente relacionarla con situaciones familiares para favorecer el entendimiento. Por ejemplo, se puede contar que el cáncer es como un equipo de fútbol compuesto por jugadores (células) que no funcionan adecuadamente porque no tienen un entrenador que les dirija. Las medicinas serán el entrenador que empiece a dar las instrucciones y colocará cada célula en su sitio para que jueguen correctamente.
- Proporcionadle siempre esperanzas realistas.
- Animadle a expresar sus miedos y preocupaciones. Hacerle saber que es normal que esté preocupado, nervioso o asustado.
A partir de 12 años
Puede comprender la complejidad de la situación. Los adolescentes tienden a pensar en su enfermedad en términos de síntomas y de las limitaciones que experimentan en su vida cotidiana.- El menor pasa por los periodos de ambivalencia frecuentes en su edad. Aunque necesita ser tratado como un adulto, seguirá necesitando la ayuda, cariño y seguridad de los padres.
- Tiene que seguir habiendo cercanía y disponibilidad para hablar con él, pero también respetarle si no desea hacerlo. Debe contar con el apoyo necesario para que se sienta seguro expresando sus sentimientos a la vez que los adultos muestran los suyos.
- Es importante fomentar la participación del adolescente respecto a la información que necesita y en la toma de decisiones.
Carmen Yélamos Agua Coordinadora de Psicooncología de la AECC
