Hablar sobre la pubertad con los hijos un poco antes de que lleguen a ella tiene sus ventajas. Y es lo que recomiendan los expertos como
Beatriz Alonso, psicóloga, pedagoga y formadora que, en este artículo, nos explica
qué aspectos sobre esta etapa vital debemos comentar con ellos y cómo plantearlos.
En esta época de transición, el cuerpo comienza a experimentar varios cambios que llevan a los niños a convertirse poco a poco en personas adultas. Aunque la pubertad no siempre empieza a la misma edad, su inicio se produce, aproximadamente,
entre los 8 y los 9 años, y se
prolonga hasta los 13 o 15.
Como sucede con otras facetas de la infancia, es aconsejable
anticiparlas en la familia y comentarlas con los hijos con algo de antelación. La razón es sencilla:
el conocimiento les ofrece seguridad.
10 Puntos clave a la hora de hablar sobre la pubertad con los niños
A continuación, explicaremos los aspectos más destacados que conviene tratar en casa. Eso sí,
la manera de encararlos se ajustará a sus nociones previas. Además, intentaremos responder a las dudas que les vayan surgiendo de forma sencilla y realista.
1. No es una enfermedad
Lo primero que deben entender respecto a este momento de grandes trasformaciones es que se trata de
una etapa normal del desarrollo. Por tanto, todas las modificaciones que se observan son naturales.
2. Qué cambios físicos experimentarán
Tanto en los niños como en las niñas, lo más evidente son
los cambios físicos. Es aconsejable que les hablemos de ellos,
para que puedan entender qué sucede en su cuerpo cuando los empiecen a notar. Es la mejor manera de normalizar la situación. Algunos que habrá que abordar son la aparición de vello corporal, el aumento del tamaño de determinadas partes de su anatomía o el ensanchamiento de las caderas en las mujeres, por ejemplo.
3. Personas distintas, cuerpos diversos
Este punto está estrechamente ligado al anterior. El mensaje claro que debemos trasmitir a nuestros hijos es que
cada cuerpo es distinto. Es decir, que a pesar de que evolucionamos físicamente de manera similar,
no todos nos desarrollamos igual ni al mismo tiempo. Hay personas que pasan por la pubertad antes que otras, hay quien tiene más o menos vello, u otras características que las distinguen.
4. La revolución hormonal que se avecina
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Con los cambios hormonales a veces toca lidiar con el acné | Fuente: Canva[/caption]
Saber con antelación que el desarrollo hormonal se acompaña de una modificación en
el olor corporal y, a menudo, de la aparición de
acné les ayudará a sobrellevar estas circunstancias.
Además, el
aumento de la secreción de hormonas sexuales genera la ovulación en las mujeres (y la menstruación) y la producción de testosterona en los hombres. Por ello, es recomendable hablar en casa de manera natural sobre estas trasformaciones que se van a empezar a producir. Y les diremos que sus
hábitos de higiene tendrán que cambiar para adecuarlos a esta etapa.
5. Otras formas de relacionarse con los demás
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Ahora, el grupo de amigos toma una gran relevancia | Fuente: Canva[/caption]
Lo esperable es que, en esta fase,
el aspecto social cobre más protagonismo del que ha tenido con anterioridad. Por eso debemos mostrar nuestra comprensión hacia los hijos con palabras y con hechos. Explícales que entiendes que a partir de ahora sus amistades cobrarán una gran relevancia en su vida. También su necesidad de compartir ideas o gustos con personas de su misma edad.
Y, ahondando un poco más en este aspecto, se les puede advertir que
es posible que existan cambios en las relaciones con sus iguales. Por ejemplo, que quizá suceda que una niña que antes era una de sus mejores amigas, en esta etapa de su vida deje de serlo.
6. La renovación de la identidad
También es habitual que, con el inicio de la pubertad, los niños empiecen a experimentar
variaciones en sus prioridades y en sus valores. Es muy posible que los asuntos a los que antes les daban prioridad, pasen a un segundo plano, y viceversa.
Este será un buen momento de advertirles que esta será
una fase de bastante inseguridad. Una de las causas es el hecho de que verán desaparecer o modificarse algunas creencias que tenían en la primera infancia. Por ello, un buen tema para entablar una conversación en familia es el de cómo
las personas evolucionamos y cambiamos a lo largo de la vida.
7. La importancia del derecho a la intimidad
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Infórmales sobre lo que no deben subir a las redes | Fuente: Canva[/caption]
A medida que avanzan en la pubertad y aparece el aumento de la libido, surge
el deseo sexual. Y con él, todos los signos, fisiológicos y psicológicos, que lo acompañan. Hablemos con ellos de cómo sentimos atracción física por determinadas personas, y la importancia que tienen en este momento
la intimidad y el respeto. Es clave que entiendan qué tipo de contenido se puede compartir en las redes sociales y qué otro corresponde estrictamente al ámbito de la intimidad.
8. Los efectos psicológicos de los cambios corporales
Conversar con los hijos sobre la preocupación que a veces suscita
el aspecto corporal resulta igualmente oportuno. Con frecuencia, las trasformaciones propias de esta fase del desarrollo generan preocupación en ellos. En algunos casos, incluso
rechazo hacia el propio cuerpo, inseguridad o baja autoestima. En esta línea, es positivo trabajar con los menores, antes de llegar a esta edad, de la
aceptación de la diversidad y del propio cuerpo.
También hay que asumir (adultos y menores) que en esta etapa es probable que
la relación con los padres sea más complicada y se den más conflictos.
9. Hablemos de la sexualidad
Según se va llegando a la pubertad, nos interesa informar en casa de aspectos generales relacionados con
la sexualidad.
Es preferible que demos nosotros el paso antes de que busquen esa información en fuentes poco fiables.
A este respecto, se puede tratar con ellos el tema de
la masturbación, de la importancia de
tomar precauciones si se practica el sexo y de algunos métodos anticonceptivos seguros. Informar acaba con los mitos y constituye una acción preventiva.
Asimismo, conviene explicar qué es la erección y la eyaculación, ya que a veces se dan durante el sueño.
10. A vueltas con la regulación emocional
Toda esta gran variedad de trasformaciones a menudo implica abundantes
cambios en el estado de ánimo. Habla a tu hijo o hija de cómo le ayudará exteriorizar y verbalizar las emociones que experimenta. Es el primer paso para identificar aquello que siente, buscar soluciones y canalizarlo de manera adecuada.
