La confianza y el respeto son
la base de una buena relación con nuestros hijos. Y esto no es algo que surja de la noche a la mañana; se construye
día a día, nos lo tenemos que 'ganar', por lo que es importante estar disponibles para ellos y aprovechar el momento en que quieran comunicarse con nosotros.
Ana Asensio, psicóloga clínica, doctora en neurociencia, psicoterapeuta, investigadora y divulgadora, tiene unas cuantas sugerencias y las comparte con nosotros.
Decálogo para ganarte la confianza y la sinceridad de tus hijos
Si nos dejamos llevar por las prisas, estamos todo el rato con el teléfono o pasamos demasiado tiempo fuera de casa y no les procuramos un espacio para entablar conversaciones, el diálogo no surgirá. Estos consejos os ayudarán:
1. Sintoniza con ellos
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Conectar y mostrar interés genuino por sus cosas es un acto de amor | Fuente: Canva[/caption]
El primer paso imprescindible es
sentir conexión con ellos. Esto se consigue valorando sus aspectos positivos y conociendo sus gustos. No hay que estar solo cuando tienen un problema en el colegio o para corregirles, lo ideal es que también
nos acerquemos sin necesidad de que haya sucedido nada. Respeta
sus emociones, sus gustos, y empatiza con ellos. Los niños tienen sus propias preocupaciones, y es esencial hablarles con respeto para que reconozcan nuestro acercamiento como un
acto de amor.
2. Pídeles su opinión, hazles sentir importantes
Cuando sucedan cosas en casa o te ocurra algo que necesites resolver,
prueba a pedirles su opinión y contarles lo que te preocupa; eso sí, hazlo
en función de su madurez y edad de desarrollo. Esto hará que
refuercen su autoestima y sientan que pueden ayudar. Aprovecha
la información que tengas a mano, las noticias de la televisión o de un periódico, o lo que le haya pasado a un amiguito,
para hablar de su opinión, de cómo lo ven ellos, qué piensan y qué harían. De esta manera, podrás observar cómo razonan, cómo piensan, cómo se sienten.
3. Ofréceles espacios de intimidad y privacidad
Es preciso que tus hijos sientan que también
pueden tener un espacio propio. Aunque sea para las primeras cosas, como cambiarse de ropa o su cajón de peluches y objetos preferidos. El respeto por la intimidad es una
base fundamental de la confianza, aunque a veces como padres creamos lo contrario.
4. Aprende a darles la libertad justa en el momento adecuado
Nuestros hijos necesitan
descubrir las cosas por sí mismos y equivocarse. Empieza poniéndoles retos. Para ellos será algo divertido y, para nosotros, un ensayo para observar cómo piensan y actúan.
5. Construye un ambiente propicio para la comunicación desde que son pequeños
De esta manera, cuando suceda algo, tanto de pequeños como
cuando sean mayores, acudirán a nosotros. En edades tempranas son como esponjas. Por lo tanto, es muy fácil enseñarles a construir este ambiente de comunicación si les das confianza, dejando
que opinen sin ser juzgados y
escuchándolos de manera asertiva.
6. Debes estar dispuesto a escuchar
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Deja que tu hijo hable y escúchale sin juzgarle | Fuente: Canva[/caption]
Intenta
no regañarlos o criticarlos cuando haya un intento de hablar relativo a algo que no te gusta; por ejemplo, si tienen que contar que han roto algo en casa, que han sacado malas notas o que se han pegado con un niño. Aunque nuestro primer impulso sea regañar o
castigar, si empatizamos y nos mantenemos serenos en el momento,
confiarán en nosotros y les podremos ayudar a que lo que ha pasado no se vuelva a producir o a que puedan mejorar en su conducta.
Es decir, se trata de propiciar momentos de diálogo, y no tiene que surgir un problema para ello. Podemos contarles otras cosas que nos han pasado durante el día o que han llamado nuestra atención. De esta manera, la comunicación irá
ligada a todo lo que acontece en sus vidas.
7. Comprende que tus vivencias y tu comprensión no son las suyas
Nosotros
necesitamos educar y atender a nuestros miedos como padres, pero también propiciar entornos de diálogo y estar abiertos a lo que ellos van descubriendo. Debemos asumir que, poco a poco, irán creciendo, y es importante que
mantengamos cierto equilibrio: confiar, enseñar, prevenir y estar presentes siempre.
8. Crea un ambiente familiar donde se sientan queridos y cuidados
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Crecer en un ambiente de afecto y atención les aporta seguridad | Fuente: Canva[/caption]
Debe ser un
ambiente fortalecido de cariño, cercanía, compromiso y lealtad.
Por ejemplo, si tienen una nota negativa del colegio, somos nosotros los que debemos dejar que se expliquen y razonen las causas, que nos digan lo que piensan respecto a lo que ha podido pasar. Que ellos vean que vamos a ayudarles y queremos poner remedio. Es fundamental que escuchemos y estemos predispuestos siempre a ayudar, desde la serenidad y la cercanía.
9. Procura evitar las conversaciones tipo 'interrogatorio'
Propicia la
comunicación bidireccional, con libertad por ambas partes. Es más saludable tener conversaciones que preguntar un listado de cuestiones: dónde han ido, cómo han ido, quién estaba, con quién han vuelto o qué han comido. Esto interrumpe mucho el canal comunicativo.
10. Practica un refuerzo positivo basándote en valores, aumentará su confianza
“Qué orgulloso tienes que estar de
tu esfuerzo académico y de tus resultados”. Este tipo de comentarios reforzará las buenas conductas. Por el contrario, el enfado y sus efectos en la comunicación y la confianza
no son saludables, porque corta la conexión y la sintonía entre ambas partes. Aunque esto
no quiere decir que no exista límites y que no apliquemos consecuencias a los hechos negativos que sucedan.
Recuerda que, si tus hijos te buscan para contarte algo, son
oportunidades que tenéis para comunicaros y estar juntos, y será un indicador de que lo estás haciendo bien.