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Es un hecho que las bolsas de plástico pueden comprometer la seguridad de los niños. La razón es que este material se adhiere con facilidad al rostro y es fácil que obstruya la respiración y ponga en riesgo sus vidas. Lamentablemente, no son pocos los fallecimientos ocurridos a consecuencia del uso que los más pequeños les han dado a los envoltorios de los pañales, los estuches de juguetes, las bolsas del supermercado o los protectores de los colchones, entre otros.
El problema del plástico es que se pega con facilidad a la cara del niño y él, instintivamente, comienza a desesperarse por tomar aire, pero no lo logra porque la nariz y la boca quedan tapadas. La amenaza de asfixia es mayor para los menores de 1 año, debido a que todavía tienen poco dominio de sus movimientos.
La cuestión es que suelen ser muy inquietos y les resulta divertido meter su cara dentro de las bolsas. También corren un gran riesgo si arrancan una parte del plástico y se lo llevan a la boca, ya que podrían taponar sus vías respiratorias.
Qué es la sofocación
Según un artículo de la Asociación Española de Pediatría (AEP), la sofocación es un tipo de asfixia mecánica que puede producirse por las siguientes circunstancias:
Obstrucción externa de la entrada de aire; es decir, cuando un elemento impide el ingreso de oxígeno por la boca y la nariz.
Cuando las vías respiratorias se ven tapadas por un cuerpo extraño que el niño introdujo a través de la boca.
“En España existe una legislación que obliga a colocar etiquetas de advertencia informativa sobre los productos (por ejemplo, juguetes) para evitar la asfixia, la sofocación y el estrangulamiento”, informa la AEP.
El film tiene un gran poder de adherencia, por lo que no debemos dejarlo cerca de los niños.
Fuente: Canva
Cómo evitar accidentes con las bolsas de plástico
Veamos algunas medidas de precaución para evitar accidentes de este tipo:
1. Pásate a la tela o el papel
La primera recomendación resulta bastante obvia: no tener bolsas de plástico en casa o mantenerlas fuera del alcance de los niños. Tienes las alternativas de tela o papel; protegerás a tus hijos y, al mismo tiempo, cuidarás el medio ambiente.
2. Retira el protector del colchón
Los colchones vienen de fábrica con un plástico de protección para evitar rasgaduras y manchas. Se supone que este material debe ser retirado por el cliente, pero muchos no lo hacen, sino que colocan la sábana directamente sobre esta cubierta.
Sobre todo cuando se trata del colchón infantil, hay que quitar el protector en su totalidad para evitar accidentes. Si una parte del material se rasga podría pegarse al rostro de un bebé, impedir su normal respiración y poner en riesgo su vida.
3. Fuera de su alcance
Guarda las bolsas de plástico que tengas en un lugar al que no puedan acceder tus hijos. Jamás se las des para que jueguen, pues a los niños les gusta hacer todo tipo de pruebas y podrían meter su cabeza dentro de ellas.
También conviene que no tengan acceso al film transparente de cocina, porque tiene una alta capacidad de adherencia y, si juegan con él, podría tener fatales consecuencias.
4. No las pongas sobre la cama
Si vas de compras, al llegar a casa no dejes las bolsas sobre la cama. Es algo que con frecuencia hacemos casi sin darnos cuenta, pero representa un peligro para los pequeños. Ellos, en un momento de descuido, podrían subirse, cogerlas y ponérselas en la cabeza.
5. Recoge los envoltorios de los regalos
Después de que tu hijo reciba los regalos el día de su cumpleaños, recoge los papeles y las bolsas de inmediato y ponlos fuera de su alcance. Y, especialmente, en una fiesta infantil, ya que los niños suelen hacer más travesuras cuando están juntos y podrían decidir que es buena idea cubrirse la cara con ellas.
A ser posible, emplea bolsas de papel o tela como alternativa.
Fuente: Pexels
Riesgos de asfixia por otras causas
Sabemos que las bolsas de plástico no son el único elemento que puede hacer peligrar la vida de un menor por sofocación. La guía de Accidentes por Edades de la AEP advierte sobre distintos objetos y alimentos que, bajo determinadas circunstancias, podrían impedir la respiración.
“Para evitar los atragantamientos se aconseja: guardar los objetos pequeños fuera del alcance y de la vista de los niños (botones, monedas, pilas...), no darles caramelos o chicles, ni alimentos como frutos secos o que contengan huesos”, aconsejan los pediatras de España.
También recomiendan que les enseñemos a no jugar ni reír mientras se come e impedir que se lleven cosas a la boca mientras corren o brincan. Y evitar que duerman en superficies demasiado blandas o con cojines, almohadas y peluches grandes.
De igual forma, hasta después de los 3 años no les debe poner cadenas o cordones al cuello, ni adornos largos en la ropa que puedan enredarse en él y cortar su respiración.
“Para la prevención de accidentes en la infancia es muy importante proteger a nuestros hijos de los peligros y las situaciones de riesgo. También debemos enseñarles a comportarse de manera segura mostrándoles los peligros y dándoles, progresivamente, la autonomía adecuada a su grado de desarrollo para que vayan adquiriendo conductas seguras y comprendiendo las consecuencias de sus actos”, recomienda la AEP.
Cuidémosles sin exagerar
Los pediatras aconsejan lograr un equilibrio entre cuidar a nuestros hijos y la sobreprotección. Aunque los padres hacemos todo por prevenir que sufran accidentes, será imposible evitar que alguna vez se caigan de la bicicleta o se golpeen la cabeza.
Si cometemos el error de sobreprotegerlos, podríamos criar a una persona insegura y con baja autoestima. Los niños esperan que sus padres se preocupen por ellos, pero también necesitan sentirse independientes y capaces de hacer las cosas por sí mismos.
Es nuestra obligación protegerlos y, al mismo tiempo, inculcarles hábitos de autonomía
Fuente: Pexels
Desde pequeños sentimos curiosidad por experimentar nuevas sensaciones y explorar el mundo que nos rodea. Por eso es lógico permitir a nuestro hijo que toque los objetos que no representan un peligro o que se lleve por sí mismo los alimentos a la boca. Todas estas actuaciones son positivas y contribuyen al desarrollo personal del individuo cuando se realizan de manera controlada.
Así pues, es importante advertirles sobre lo que no deben hacer para evitar sufrir una asfixia. Eso incluye, como hemos visto, no jugar con bolsas de plástico, no llevarse objetos extraños a la boca y masticar bien los alimentos antes de ingerirlos. Pero también hay que dejarles una cierta libertad para que crezcan seguros y felices.
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Es un hecho que las bolsas de plástico pueden comprometer la seguridad de los niños. La razón es que este material se adhiere con facilidad al rostro y es fácil que obstruya la respiración y ponga en riesgo sus vidas. Lamentablemente, no son pocos los fallecimientos ocurridos a consecuencia del uso que los más pequeños les han dado a los envoltorios de los pañales, los estuches de juguetes, las bolsas del supermercado o los protectores de los colchones, entre otros.
El problema del plástico es que se pega con facilidad a la cara del niño y él, instintivamente, comienza a desesperarse por tomar aire, pero no lo logra porque la nariz y la boca quedan tapadas. La amenaza de asfixia es mayor para los menores de 1 año, debido a que todavía tienen poco dominio de sus movimientos.
La cuestión es que suelen ser muy inquietos y les resulta divertido meter su cara dentro de las bolsas. También corren un gran riesgo si arrancan una parte del plástico y se lo llevan a la boca, ya que podrían taponar sus vías respiratorias.
Qué es la sofocación
Según un artículo de la Asociación Española de Pediatría (AEP), la sofocación es un tipo de asfixia mecánica que puede producirse por las siguientes circunstancias:
Obstrucción externa de la entrada de aire; es decir, cuando un elemento impide el ingreso de oxígeno por la boca y la nariz.
Cuando las vías respiratorias se ven tapadas por un cuerpo extraño que el niño introdujo a través de la boca.
“En España existe una legislación que obliga a colocar etiquetas de advertencia informativa sobre los productos (por ejemplo, juguetes) para evitar la asfixia, la sofocación y el estrangulamiento”, informa la AEP.
El film tiene un gran poder de adherencia, por lo que no debemos dejarlo cerca de los niños.
Fuente: Canva
Cómo evitar accidentes con las bolsas de plástico
Veamos algunas medidas de precaución para evitar accidentes de este tipo:
1. Pásate a la tela o el papel
La primera recomendación resulta bastante obvia: no tener bolsas de plástico en casa o mantenerlas fuera del alcance de los niños. Tienes las alternativas de tela o papel; protegerás a tus hijos y, al mismo tiempo, cuidarás el medio ambiente.
2. Retira el protector del colchón
Los colchones vienen de fábrica con un plástico de protección para evitar rasgaduras y manchas. Se supone que este material debe ser retirado por el cliente, pero muchos no lo hacen, sino que colocan la sábana directamente sobre esta cubierta.
Sobre todo cuando se trata del colchón infantil, hay que quitar el protector en su totalidad para evitar accidentes. Si una parte del material se rasga podría pegarse al rostro de un bebé, impedir su normal respiración y poner en riesgo su vida.
3. Fuera de su alcance
Guarda las bolsas de plástico que tengas en un lugar al que no puedan acceder tus hijos. Jamás se las des para que jueguen, pues a los niños les gusta hacer todo tipo de pruebas y podrían meter su cabeza dentro de ellas.
También conviene que no tengan acceso al film transparente de cocina, porque tiene una alta capacidad de adherencia y, si juegan con él, podría tener fatales consecuencias.
4. No las pongas sobre la cama
Si vas de compras, al llegar a casa no dejes las bolsas sobre la cama. Es algo que con frecuencia hacemos casi sin darnos cuenta, pero representa un peligro para los pequeños. Ellos, en un momento de descuido, podrían subirse, cogerlas y ponérselas en la cabeza.
5. Recoge los envoltorios de los regalos
Después de que tu hijo reciba los regalos el día de su cumpleaños, recoge los papeles y las bolsas de inmediato y ponlos fuera de su alcance. Y, especialmente, en una fiesta infantil, ya que los niños suelen hacer más travesuras cuando están juntos y podrían decidir que es buena idea cubrirse la cara con ellas.
A ser posible, emplea bolsas de papel o tela como alternativa.
Fuente: Pexels
Riesgos de asfixia por otras causas
Sabemos que las bolsas de plástico no son el único elemento que puede hacer peligrar la vida de un menor por sofocación. La guía de Accidentes por Edades de la AEP advierte sobre distintos objetos y alimentos que, bajo determinadas circunstancias, podrían impedir la respiración.
“Para evitar los atragantamientos se aconseja: guardar los objetos pequeños fuera del alcance y de la vista de los niños (botones, monedas, pilas...), no darles caramelos o chicles, ni alimentos como frutos secos o que contengan huesos”, aconsejan los pediatras de España.
También recomiendan que les enseñemos a no jugar ni reír mientras se come e impedir que se lleven cosas a la boca mientras corren o brincan. Y evitar que duerman en superficies demasiado blandas o con cojines, almohadas y peluches grandes.
De igual forma, hasta después de los 3 años no les debe poner cadenas o cordones al cuello, ni adornos largos en la ropa que puedan enredarse en él y cortar su respiración.
“Para la prevención de accidentes en la infancia es muy importante proteger a nuestros hijos de los peligros y las situaciones de riesgo. También debemos enseñarles a comportarse de manera segura mostrándoles los peligros y dándoles, progresivamente, la autonomía adecuada a su grado de desarrollo para que vayan adquiriendo conductas seguras y comprendiendo las consecuencias de sus actos”, recomienda la AEP.
Cuidémosles sin exagerar
Los pediatras aconsejan lograr un equilibrio entre cuidar a nuestros hijos y la sobreprotección. Aunque los padres hacemos todo por prevenir que sufran accidentes, será imposible evitar que alguna vez se caigan de la bicicleta o se golpeen la cabeza.
Si cometemos el error de sobreprotegerlos, podríamos criar a una persona insegura y con baja autoestima. Los niños esperan que sus padres se preocupen por ellos, pero también necesitan sentirse independientes y capaces de hacer las cosas por sí mismos.
Es nuestra obligación protegerlos y, al mismo tiempo, inculcarles hábitos de autonomía
Fuente: Pexels
Desde pequeños sentimos curiosidad por experimentar nuevas sensaciones y explorar el mundo que nos rodea. Por eso es lógico permitir a nuestro hijo que toque los objetos que no representan un peligro o que se lleve por sí mismo los alimentos a la boca. Todas estas actuaciones son positivas y contribuyen al desarrollo personal del individuo cuando se realizan de manera controlada.
Así pues, es importante advertirles sobre lo que no deben hacer para evitar sufrir una asfixia. Eso incluye, como hemos visto, no jugar con bolsas de plástico, no llevarse objetos extraños a la boca y masticar bien los alimentos antes de ingerirlos. Pero también hay que dejarles una cierta libertad para que crezcan seguros y felices.
Es un hecho que las bolsas de plástico pueden comprometer la seguridad de los niños. La razón es que este material se adhiere con facilidad al rostro y es fácil que obstruya la respiración y ponga en riesgo sus vidas. Lamentablemente, no son pocos los fallecimientos ocurridos a consecuencia del uso que los más pequeños les han dado a los envoltorios de los pañales, los estuches de juguetes, las bolsas del supermercado o los protectores de los colchones, entre otros.
El problema del plástico es que se pega con facilidad a la cara del niño y él, instintivamente, comienza a desesperarse por tomar aire, pero no lo logra porque la nariz y la boca quedan tapadas. La amenaza de asfixia es mayor para los menores de 1 año, debido a que todavía tienen poco dominio de sus movimientos.
La cuestión es que suelen ser muy inquietos y les resulta divertido meter su cara dentro de las bolsas. También corren un gran riesgo si arrancan una parte del plástico y se lo llevan a la boca, ya que podrían taponar sus vías respiratorias.
Qué es la sofocación
Según un artículo de la Asociación Española de Pediatría (AEP), la sofocación es un tipo de asfixia mecánica que puede producirse por las siguientes circunstancias:
Obstrucción externa de la entrada de aire; es decir, cuando un elemento impide el ingreso de oxígeno por la boca y la nariz.
Cuando las vías respiratorias se ven tapadas por un cuerpo extraño que el niño introdujo a través de la boca.
“En España existe una legislación que obliga a colocar etiquetas de advertencia informativa sobre los productos (por ejemplo, juguetes) para evitar la asfixia, la sofocación y el estrangulamiento”, informa la AEP.
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Cómo evitar accidentes con las bolsas de plástico
Veamos algunas medidas de precaución para evitar accidentes de este tipo:
1. Pásate a la tela o el papel
La primera recomendación resulta bastante obvia: no tener bolsas de plástico en casa o mantenerlas fuera del alcance de los niños. Tienes las alternativas de tela o papel; protegerás a tus hijos y, al mismo tiempo, cuidarás el medio ambiente.
2. Retira el protector del colchón
Los colchones vienen de fábrica con un plástico de protección para evitar rasgaduras y manchas. Se supone que este material debe ser retirado por el cliente, pero muchos no lo hacen, sino que colocan la sábana directamente sobre esta cubierta.
Sobre todo cuando se trata del colchón infantil, hay que quitar el protector en su totalidad para evitar accidentes. Si una parte del material se rasga podría pegarse al rostro de un bebé, impedir su normal respiración y poner en riesgo su vida.
3. Fuera de su alcance
Guarda las bolsas de plástico que tengas en un lugar al que no puedan acceder tus hijos. Jamás se las des para que jueguen, pues a los niños les gusta hacer todo tipo de pruebas y podrían meter su cabeza dentro de ellas.
También conviene que no tengan acceso al film transparente de cocina, porque tiene una alta capacidad de adherencia y, si juegan con él, podría tener fatales consecuencias.
4. No las pongas sobre la cama
Si vas de compras, al llegar a casa no dejes las bolsas sobre la cama. Es algo que con frecuencia hacemos casi sin darnos cuenta, pero representa un peligro para los pequeños. Ellos, en un momento de descuido, podrían subirse, cogerlas y ponérselas en la cabeza.
5. Recoge los envoltorios de los regalos
Después de que tu hijo reciba los regalos el día de su cumpleaños, recoge los papeles y las bolsas de inmediato y ponlos fuera de su alcance. Y, especialmente, en una fiesta infantil, ya que los niños suelen hacer más travesuras cuando están juntos y podrían decidir que es buena idea cubrirse la cara con ellas.
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Riesgos de asfixia por otras causas
Sabemos que las bolsas de plástico no son el único elemento que puede hacer peligrar la vida de un menor por sofocación. La guía de Accidentes por Edades de la AEP advierte sobre distintos objetos y alimentos que, bajo determinadas circunstancias, podrían impedir la respiración.
“Para evitar los atragantamientos se aconseja: guardar los objetos pequeños fuera del alcance y de la vista de los niños (botones, monedas, pilas...), no darles caramelos o chicles, ni alimentos como frutos secos o que contengan huesos”, aconsejan los pediatras de España.
También recomiendan que les enseñemos a no jugar ni reír mientras se come e impedir que se lleven cosas a la boca mientras corren o brincan. Y evitar que duerman en superficies demasiado blandas o con cojines, almohadas y peluches grandes.
De igual forma, hasta después de los 3 años no les debe poner cadenas o cordones al cuello, ni adornos largos en la ropa que puedan enredarse en él y cortar su respiración.
“Para la prevención de accidentes en la infancia es muy importante proteger a nuestros hijos de los peligros y las situaciones de riesgo. También debemos enseñarles a comportarse de manera segura mostrándoles los peligros y dándoles, progresivamente, la autonomía adecuada a su grado de desarrollo para que vayan adquiriendo conductas seguras y comprendiendo las consecuencias de sus actos”, recomienda la AEP.
Cuidémosles sin exagerar
Los pediatras aconsejan lograr un equilibrio entre cuidar a nuestros hijos y la sobreprotección. Aunque los padres hacemos todo por prevenir que sufran accidentes, será imposible evitar que alguna vez se caigan de la bicicleta o se golpeen la cabeza.
Si cometemos el error de sobreprotegerlos, podríamos criar a una persona insegura y con baja autoestima. Los niños esperan que sus padres se preocupen por ellos, pero también necesitan sentirse independientes y capaces de hacer las cosas por sí mismos.
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Desde pequeños sentimos curiosidad por experimentar nuevas sensaciones y explorar el mundo que nos rodea. Por eso es lógico permitir a nuestro hijo que toque los objetos que no representan un peligro o que se lleve por sí mismo los alimentos a la boca. Todas estas actuaciones son positivas y contribuyen al desarrollo personal del individuo cuando se realizan de manera controlada.
Así pues, es importante advertirles sobre lo que no deben hacer para evitar sufrir una asfixia. Eso incluye, como hemos visto, no jugar con bolsas de plástico, no llevarse objetos extraños a la boca y masticar bien los alimentos antes de ingerirlos. Pero también hay que dejarles una cierta libertad para que crezcan seguros y felices.
Prueba
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