Aprender a estudiar requiere tiempo y paciencia
Hay que tener en cuenta diversos aspectos, como el estilo de aprendizaje, el ritmo, los tiempos de ejecución y, por supuesto, el curso escolar en el que están. Todo ello nos ayudará a definir de una manera más concreta las necesidades de nuestros hijos. En términos generales, lo ideal es ir poco a poco 'enseñándoles a pescar, no dándoles el pescado'. Hay que ayudarlos a planificarse y a organizarse, a que incorporen la rutina de revisar su agenda y a comprobar que está todo hecho y preparado para llevar a clase el día siguiente. Al principio, supervisando estas tareas para que la autonomía sea un proceso progresivo.¿Qué debemos hacer?
1. Aprovechar el momento óptimo
Con frecuencia solemos cometer el error de recomendar a nuestros hijos lo que a nosotros nos funcionó, sin tener en cuenta sus aptitudes y preferencias. Por ejemplo, a la hora de hacer los deberes en casa, a veces les aconsejamos que empiecen por lo que menos les gusta o lo que les resulta más difícil, para quitárselo de encima lo primero. Sin embargo, habría que tener en cuenta que el punto álgido de rendimiento está, por norma general, en la parte central de cada ciclo de una hora de trabajo. Es decir, deberían ponerse a hacer lo que más les cuesta en el tramo temporal en el que se rinde mejor, no al principio, cuando el coche está aún frío.2. No hacer las tareas por ellos
Entonces, ¿qué debemos hacer? Para que nuestros hijos puedan aprender a estudiar hay que guiarlos, acompañarlos en la adquisición de unas adecuadas estrategias de estudio y planificar los tiempos, segmentar las tareas y preguntar las lecciones. Pero es importante que no hagamos las cosas por ellos.
3. Asumir responsabilidades
Pues bien, el estudio y los deberes son dos grandes oportunidades para estimular su responsabilidad y para que aprendan a asumir las consecuencias naturales de sus decisiones. Si nuestros hijos han decidido dejar para el último momento la lectura del libro, sin tener en cuenta que les iba a pillar el toro y se les iba a juntar con los exámenes, tendrán que asumir las consecuencias. Si han trabajado de manera constante y no les ha dado tiempo a leerse el libro, es una excelente ocasión para incitarle a que resuelvan su problema de una manera responsable, hablándolo con el maestro y buscando una posible solución, como una prórroga de la fecha de entrega. Y te preguntarás, ¿y si estas consecuencias implican que suspenda o que saque mala nota? Quizá compense la lección (de vida) que ha aprendido. En cualquier caso, es algo que tenemos que saber hacer y cuanto antes, mejor.Natalia García Campos Responsable del Departamento de Psicología clínica y educativa
