178 sentencias analizadas
En este primer informe, SEXVIOL presenta los resultados derivados del análisis de 178 sentencias emitidas por la Audiencia Provincial de Madrid entre los años 2016 y 2018, sentencias todas ellas asociadas a procesos de enjuiciamiento de agresión sexual. Algunas de las principales conclusiones que se extraen de esta investigación son las siguientes:- En más del 80 % de las agresiones sexuales existía previamente algún tipo de vínculo entre víctima y victimario. En el 17,4 % de los casos el vínculo era íntimo (pareja o expareja). A su vez, los victimarios desconocidos representan el 19,1 % de las agresiones sexuales.
- Las viviendas son el lugar donde se cometen la mayoría de las agresiones sexuales (60,1 %), seguidas del espacio público (20,2 %).
- El uso de armas únicamente aparece en un 13,5 % de los casos de agresión sexual enjuiciados.
- En el 90 % de las agresiones no se emplea violencia física extrema. En un 4,6 % de las sentencias las víctimas presentan lesiones graves o mortales; más de la mitad de los casos reportaron lesiones físicas leves (51,5 %); por su parte, en un 31,5 % de los casos analizados no se identificaron lesiones físicas.
- La hora del día en la que se producen las agresiones sexuales es irrelevante: un 45,2 % tuvieron lugar de día frente al 54,8 % que ocurrieron de noche.
- La violencia sexual es violencia de género, ya que el 95,5 % de las víctimas de las agresiones sexuales eran mujeres. El 99,4 % de los victimarios son hombres.
- Los agresores sexuales no siempre responden a un patrón antisocial o patológico. De hecho, un 70,2 % de los victimarios no contaban con antecedentes penales de ningún tipo y solo un 1,7 % de los procesados tenían antecedentes por agresión sexual.
No ataca violentamente de noche
Estas conclusiones nos conducen en una doble dirección. Por un lado, nos llevan a desmentir el mito consistente en presentar la violencia sexual como el asalto de un agresor desconocido, con un perfil patológico, que ataca violentamente en la noche, en un sitio aislado y por sorpresa. La víctima se defiende tenazmente y, en consecuencia, la agresión causa heridas, traumatismos o muerte [Estrich (1987): Real Rape]. Por otro, contribuyen a visibilizar, sensibilizar y concienciar en torno a este tipo de agresiones, un camino que se construye mediante la producción de conocimiento científico contrastado que pone luz a la oscuridad generada por los mitos agazapados bajo estereotipos. Ahora bien, las víctimas nos apelan. Debe seguir trabajándose en políticas públicas que prevean servicios de acompañamiento, asesoría jurídica y atención especializada que atiendan los daños físicos, psicológicos, sociales y afectivo-sexuales que causan estas agresiones. Asimismo, es esencial educar, en tanto que la educación siempre es la mejor prevención. Educar tanto en el ámbito afectivo-sexual como en la construcción de masculinidades igualitarias. Nadie está libre de sufrir violencia sexual y nadie es prescindible en el trabajo para su erradicación.
Empar Aguado Bloise, Profesora del Departamento de Sociología y Antropología Social - Integrante del Instituto Universitario de Estudios de las Mujeres (IUED), Universitat de València y Tania García Sedano, Magistrada Suplente y Profesora Asociada de Derecho Penal, Universidad Carlos III Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.