¿Qué actividades en verano son las más adecuadas?
Desde que a tu hijo le dan vacaciones hasta que empiece un nuevo curso en el colegio pasarán casi tres meses. Parece mucho tiempo sin hacer nada constructivo con la corteza prefrontal (la parte más importante de nuestro cerebro en cuanto a aprendizajes se refiere) de tus hijos; sin embargo, es la temporada ideal para aprovechar y hacer cosas que, además de entretenerlos, les dejen algún aprendizaje. No nos referimos a hacer más de lo mismo, sino a encontrar en las actividades de verano otras maneras de aprendizaje. Ten en cuenta que es bastante probable que tu hijo, sin una guía, sin un quehacer medianamente ordenado, tenga la irrefrenable tentación de pasar horas delante de una pantalla, ya sea consumiendo televisión a la carta o jugando a videojuegos.Como acertar con los campamentos de verano
Una buena forma para rellenar el tiempo, incluso para aprender, son los campamentos de verano. Muchos los califican como una forma de ocupar el tiempo de los padres, pero ¿por qué no le damos un nuevo valor a este tiempo? La lista de actividades es variada según el municipio donde te ubiques, pero con proyectos interesantes para tu hijo. Cuando hablamos de “darle una nueva utilidad”, pensemos en qué sería interesante que tu hijo aprendiera durante este período. Las actividades más comunes son los cursos de idiomas o de deportes, aunque las opciones tecnológicas ganan más campo. Y la pregunta del millón… ¿Qué le puede apetecer aprender a tu hijo este verano? Sin duda nos dará pistas muy útiles de hacia dónde encaminar nuestra búsqueda. [caption id="attachment_374668" align="aligncenter" width="700"]
Muchos niños durante el curso escolar muestran agendas sobrecargas con actividades extraescolares de complemento o refuerzo, ¿por qué no utilizar las actividades en verano para esto?
Como padres, nos parece especialmente útil la posibilidad de ayudar a nuestros hijos, bien sea porque han terminado el año escolar con alguna dificultad o simplemente para fortalecer sus aptitudes, y el tiempo libre de la temporada estival nos permite probar con actividades intensas sin el peso de otras responsabilidades. No nos referimos a repasar lo que ya ha estado haciendo, sino a usar otros métodos. Decía Einstein que “si buscas resultados diferentes, haz algo distinto”.Aprender a aprender
No quiere decir que las academias de repaso no funcionen para mejorar algunos puntos débiles, pero se puede variar la forma. Nos referimos a “aprender a aprender”, a trabajar con los niños con un modelo de aprendizaje fundamentalmente divertido, sin más obligación que la motivación por aprender cosas nuevas y la satisfacción de disfrutarlo. El sistema escolar ha perdido la capacidad de ilusionar a los alumnos que quizá tengan dificultades con dichos sistemas. No nos engañemos: nadie disfruta hacer algo que no domina o que no le da seguridad, y para muchos escolares estudiar es un pequeño o gran suplicio, fundamentalmente porque no saben aprender, ergo, no disfrutan aprendiendo. Y ¡sí!, si por ejemplo tu hijo no disfruta con la lectura, muy probablemente sea porque alguno de los procesos implicados no estén bien 'engrasados', prueba a mejorarlos y verás la diferencia. Si a montar en bicicleta se aprende montando en bicicleta, a aprender se aprende, aprendiendo.Un maravilloso reto para el cerebro
No hay nada más apasionante para nuestro cerebro que aprender cosas nuevas. Lo que sí que marca un punto diferencial es el cómo aprendemos.
Cada cerebro es un mundo y aprende mejor a su manera. Estas diferencias se explican bien con la alegoría de la jungla, y lo absurdo que parecería que a todos los animales de la sabana los evaluáramos, por lo bien que trepan a los árboles, incluidas las gacelas o los hipopótamos.
Las vacaciones, y las muchas actividades en verano que pueden aprovechar tus hijos, son una ventana de aprendizaje maravillosa y quizá sea justo lo que necesitan y les deje una grata experiencia. Esta época aumenta la posibilidad de adquirir un conocimiento con un ánimo relajado, sin presiones, ya que no se trata de repasar materias, sino de aprender a jugar al bádminton o tomar contacto con la astronomía o mejorar la forma de aprender que ya conocían. El verano no es un tiempo para no hacer nada, sino para hacer y aprender otras cosas.Dr. Javier Quintero Especialista de Psiquiatría de niños y adolescentes
