Si alguna vez has soñado con viajar en el tiempo, el
Tren de Arganda es la oportunidad perfecta para hacerlo. Con más de 138 años de historia, este icónico ferrocarril es el único tren a vapor en funcionamiento en la Comunidad de Madrid y uno de los cinco que aún circulan en toda España. Un auténtico museo en movimiento que permite revivir la magia del ferrocarril del siglo XIX, en un recorrido que combina historia, cultura y naturaleza.
Este ferrocarril forma parte del legado de la histórica línea Madrid-Arganda, inaugurada en 1886, que en su época de mayor esplendor llegó a tener 161 kilómetros de recorrido y 27 estaciones, conectando Madrid con Guadalajara. La línea era tan popular que incluso se convirtió en parte del folclore madrileño con la famosa frase: “El Tren de Arganda… que pita más que anda”. Su importancia fue tal que el Conde de Romanones, una de las figuras políticas más influyentes de principios del siglo XX, viajaba con frecuencia en él e incluso se dice que solía invitar al rey
Alfonso XIII a su coche salón privado.
Un recorrido lleno de historia y naturaleza
Hoy en día, gracias al esfuerzo del
Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid (CIFVM), una parte de este ferrocarril sigue en funcionamiento, ofreciendo a los visitantes una experiencia única en un trayecto de 3,5 kilómetros. La aventura comienza en la
Estación de Poveda, donde los viajeros pueden ver cómo las locomotoras centenarias son preparadas para la marcha, con todo el ritual de encendido y carga de carbón que requieren estos gigantes de vapor.
El recorrido cruza el puente metálico sobre el río Jarama, el más largo de este tipo en la Comunidad de Madrid, una estructura de 175 metros de longitud que ofrece unas vistas espectaculares del entorno. Al otro lado del río, el paisaje cambia por completo, transportando a los pasajeros a una postal propia del Lejano Oeste con los impresionantes
Cantiles del Piúl, formaciones rocosas erosionadas por el tiempo que crean un escenario natural de gran belleza. La última parada es el apeadero de la
Laguna del Campillo, una reserva natural que alberga una gran diversidad de fauna y flora, perfecta para complementar la visita con un paseo por sus senderos.
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©José Luis Martos[/caption]
Reviviendo la historia del ferrocarril
Uno de los mayores atractivos del
Tren de Arganda es la posibilidad de experimentar en primera persona cómo era viajar en un tren de vapor en su época dorada. Para ello, el equipo de CIFVM ha restaurado cuidadosamente locomotoras, vagones y coches originales, permitiendo a los pasajeros disfrutar de una ambientación fiel a la del siglo XIX.
Además, en cada viaje, los pasajeros pueden presenciar en vivo los antiguos oficios del ferrocarril, con maquinistas de vapor, fogoneros, guardafrenos, jefes de tren y jefes de estación, desempeñando sus funciones como se hacía antaño. Este elemento didáctico convierte la experiencia en un plan ideal para familias con niños, quienes podrán aprender de forma divertida sobre el funcionamiento de los trenes de vapor y la historia del ferrocarril en España.
Con una combinación de historia, tecnología y naturaleza, el
Tren de Arganda es una experiencia imprescindible para amantes del ferrocarril, familias y cualquier persona que quiera descubrir un pedazo de la historia de Madrid de una manera única y emocionante.