Sóller, reconocido como uno de los pueblos más bonitos de España, cautiva a quienes lo visitan con su encanto atemporal y su arquitectura singular. Un paseo por su casco histórico es suficiente para transportarse a otra época, donde las influencias modernistas se entrelazan con la tradición mallorquina.
El nombre de Sóller proviene del árabe suliar, que significa "cuenco dorado", una descripción que encaja perfectamente con el exuberante valle de naranjos que lo rodea, cuyos frutos han sido durante siglos un símbolo de prosperidad para la localidad. Su riqueza histórica y cultural se refleja en sus calles adoquinadas, en sus casas señoriales y en la impronta del modernismo catalán, que dejó una marca inconfundible en su urbanismo.
Uno de los artífices de esta identidad arquitectónica fue
Joan Rubió i Bellver, discípulo de Antoni Gaudí, cuya influencia se percibe en algunas de las construcciones más emblemáticas del municipio. Entre ellas destacan la iglesia neogótica de San Bartomeu, con su imponente fachada modernista, y el edificio del Banco de Sóller, una obra maestra del diseño de la época.
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Qué visitar en Sóller
Además de su atractivo histórico y arquitectónico, Sóller es famoso por su pintoresco tranvía de madera que conecta el pueblo con el puerto, ofreciendo un recorrido inolvidable con vistas panorámicas del valle y el mar Mediterráneo. La combinación de historia, naturaleza y cultura convierte a Sóller en un destino imprescindible para quienes buscan descubrir la esencia más auténtica de Mallorca.

De todas las calles de Sóller, la más larga es
Sa Lluna, cuyo nombre hace referencia a una luna esculpida en piedra en el portal de una de sus casas. Pasear por ella es una invitación a descubrir la esencia del pueblo, con sus comercios tradicionales y su ambiente encantador. Si observas con atención a través de las puertas abiertas, podrás vislumbrar jardines privados con pérgolas, fuentes y azulejos. Al final de la calle, casi a la salida del pueblo, se encuentra el antiguo lavadero público, un rincón con historia donde comienzan los huertos de naranjos y limoneros.
En la salida hacia Palma se encuentran dos museos de gran interés: el
Museo Balear de Ciencias Naturales y el
Museo Etnológico, ubicado en el Carrer del Mar. Sin embargo, el corazón de Sóller es la
Plaza de la Constitución, presidida por la iglesia de San Bartolomé, el Banco de Sóller, Can Bordils y el Ayuntamiento. Rodeada de bares, restaurantes y cafeterías, esta plaza es el principal punto de encuentro de locales y visitantes. Con su ágora central de piedra rosada y un surtidor de agua que aporta frescura, es considerada una de las plazas más bonitas de Mallorca.
Otro de los grandes atractivos de Sóller es su
emblemático tranvía eléctrico, que recorre los cinco kilómetros que separan el pueblo del Puerto de Sóller. En funcionamiento desde 1913, ha mantenido su esencia original, convirtiéndose en una de las experiencias más auténticas para los visitantes.
El Ayuntamiento, también conocido como
Casa de la Vila, es un elegante edificio barroco diseñado por el arquitecto Antoni Coll. En lo alto de su fachada se alza un gran escudo de Sóller, mientras que en su interior, una escalinata exhibe retratos de los hijos ilustres del municipio.

La
iglesia de San Bartolomé, con su imponente presencia en la Plaza de la Constitución, es otro de los monumentos más destacados de Sóller. Su estructura original data del siglo XIII, aunque ha evolucionado a lo largo de los siglos combinando diferentes estilos arquitectónicos. Su fachada modernista, añadida en 1904 por Joan Rubió i Bellver, contrasta con su campanario neogótico y la torre arqueada de 1912, con enormes agujas suspendidas sobre el rosetón.
Para adentrarse en la tradición agrícola de la zona,
el huerto de Vinyassa, a los pies de la
Sierra de Alfabia, ofrece una experiencia única. En sus más de 18.000 m², los visitantes pueden conocer la importancia del cultivo de la naranja en Sóller, además de degustar mermeladas ecológicas de cítricos, infusiones de azahar y piel de naranja confitada.
La manera más romántica y auténtica de llegar a Sóller desde Palma es
a bordo de su histórico tren de madera, que atraviesa las montañas y permite disfrutar de paisajes espectaculares. La estación, con su diseño modernista y aspecto intacto desde su construcción, transporta a los viajeros a otra época, ofreciendo una experiencia inolvidable en el corazón de la isla.
Un destino que combina historia, naturaleza y encanto en cada rincón
Sus calles empedradas, su vibrante Plaza de la Constitución, sus edificios modernistas y su icónico tranvía lo convierten en un lugar único en Mallorca. Más allá de su belleza arquitectónica, la tradición agrícola y la cultura del naranjo siguen muy presentes, ofreciendo una conexión especial con su pasado. Ya sea recorriendo sus huertos, explorando sus museos o disfrutando de su gastronomía, visitar Sóller es una experiencia que deja huella, transportando a los viajeros a una Mallorca auténtica y llena de vida.
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