Visitar la
Cueva de los Verdes es adentrarse en uno de los paisajes subterráneos más sorprendentes de Canarias. Formada hace miles de años por la erupción del Volcán de La Corona, esta cueva de origen volcánico recorre varios kilómetros bajo tierra y ofrece un espectáculo natural de lava solidificada, luces misteriosas y acústica perfecta. Una experiencia fascinante para toda la familia, llena de historia, ciencia y belleza geológica en pleno corazón de Lanzarote.
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Cueva de los Verdes
La formación de este impresionante paisaje se debe a la actividad eruptiva del Volcán de la Corona, que tuvo lugar hace aproximadamente
cinco mil años. Esta erupción dio origen a un gigantesco
túnel volcánico subterráneo, con una longitud de más de seis kilómetros, que se extiende desde el cono volcánico hasta el mar.
En el interior de este túnel se encuentra la
Cueva de los Verdes, uno de los espacios turísticos más emblemáticos de
Lanzarote.
El techo de la cueva presenta un
desprendimiento parcial, formando una estructura conocida como
jameo. Esta abertura en el terreno permite el acceso natural a distintas grutas del complejo volcánico.
Espacio turístico
La
Cueva de los Verdes comenzó a acondicionarse para el turismo en la década de los años 60, debido a sus singulares
valores estéticos, geológicos e históricos.
Para este ambicioso proyecto se contó con la colaboración del artista Jesús Soto, quien diseñó la iluminación y el recorrido interior. A pesar de lo espectacular del resultado final, es importante destacar que la intervención fue
totalmente respetuosa con el entorno, limitándose a introducir una iluminación cuidadosamente integrada que se mimetiza con el paisaje natural de la cueva.
Soto llevó a cabo una minuciosa investigación para encontrar la forma más adecuada de
iluminar y realzar los relieves, texturas y desniveles de las bóvedas interiores mediante un sistema de luces multicolores que transforma el espacio en un auténtico espectáculo visual.
El resultado es una atmósfera cromática única, donde el arte y la naturaleza se funden, creando una experiencia de
belleza poética y casi mágica dentro de este enclave volcánico.
Recorrido
La Cueva de los Verdes ofrece una visita espectacular y única al corazón de la Tierra.
El tramo accesible al público recorre aproximadamente
un kilómetro de galerías, con alturas variables en diferentes niveles. En algunos tramos, el techo alcanza hasta cincuenta metros de altura, mientras que la anchura puede llegar a quince metros, creando un espacio sorprendente por su magnitud y formas.
Durante el recorrido, los visitantes pueden admirar
formaciones geológicas peculiares que parecen auténticas esculturas de piedra: canales de lava, bloques sólidos arrastrados por la fuerza volcánica, goterones petrificados, depósitos salinos y estratos de lava solidificada, entre otros elementos naturales.
La experiencia se acompaña de
música ambiental y una impresionante
gama cromática que viste las bóvedas y paredes de la cueva. Esta paleta de colores no solo responde a la intervención artística de Jesús Soto, sino también a los fenómenos naturales que se producen en el interior de la gruta.

Los tonos rojizos provienen de la oxidación del hierro presente en los basaltos, mientras que las diversas tonalidades de ocre surgen del reflejo de la luz al contacto con pequeñas filtraciones de agua desde la superficie.
Otro detalle que sorprende al visitante es el
agradable clima interior. Gracias a las corrientes de aire naturales, la cueva mantiene una ventilación constante, creando una brisa suave y fresca durante todo el recorrido.
Todo esto convierte la visita —
de aproximadamente 50 minutos— en una experiencia inolvidable que permite conocer de cerca la fuerza y la belleza oculta de la Cueva de los Verdes.
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