Lerma es un pequeño pueblo situado en la provincia de Burgos que ha sido considerado como uno de los pueblos más bonitos de España a causa de la enorme riqueza de su patrimonio cultural y arquitectónico.
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Lerma
Su enorme desarrollo patrimonial se debe a la época en la que el
Duque de Lerma fue válido del rey Felipe III, durante veinte años a principios del siglo XVII.
Por entonces, a la villa llegaron una gran cantidad de
artistas y personajes de gran relevancia para la época que celebraban banquetes y fiestas en honor de los reyes de España.
Gracias a la vinculación del Duque de Lerma con el rey, Lerma se hizo con
un gran patrimonio que refleja esta época de plenitud de la villa. Por esto, es muy recomendable visitarla y perderse por sus preciosas calles.
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Lerma en Burgos | Fuente: Canva Cavan Images[/caption]
Qué ver
Todo el
casco histórico se extiende por encima de las laderas de una colina, mostrándonos algunos rincones que aún conservan su esencia medieval, como la antigua plaza de la Villa o el Arco de la Cárcel, que era la puerta principal de la villa situada en la antigua muralla.
Muy cerca de esta entrada, veremos
el puente medieval y la Ermita del Humilladero, que es la única que aún se conserva de la época del Duque de Lerma.
No obstante, el punto central es, sin duda, su
plaza Mayor. Esta es una de las plazas más grandes de España. Dentro de la misma se encuentra el edificio de lo que fue el
Palacio Ducal, que se construyó en el año 1617 en un evidente estilo herreriano. Antes de su construcción, en este lugar se encontraba el antiguo castillo medieval.
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Palacio Ducal de Lerma | Fuente: Canva JackF[/caption]
Su imagen te recordará en cierto modo al
Monasterio de El Escorial. El Palacio Ducal fue cedido al Duque de Lerma por el mismo rey Felipe III.
A día de hoy, este palacio es la sede de
un parador nacional de la villa, que es aconsejable para visitar y tomar algo en su enorme claustro interior.
En la plaza que encontraremos muy cerca se encuentra situado el
Convento de San Blas, que fue construido en el año 1627. En la actualidad, este lugar está habitado por monjas dominicas.
La siguiente parada será la
Colegiata de San Pedro, a la que acudiremos desde la plaza Mayor en un recorrido que era realizado por los reyes y el Duque de Lerma mediante un túnel que se conocía por el nombre del Pasadizo Ducal, el cual podemos visitar hoy en día.
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Colegiata de San Pedro | Fuente: Canva herraez[/caption]
La Colegiata de San Pedro
fue construida a principios del siglo XVII y en su interior podremos ver una planta de tres naves que cuenta con una girola y un crucero. Sin duda, te llamarán la atención
el retablo original y el sepulcro de Cristóbal de Rojas y Sandoval, que fue realizado en bronce. También destacan los dos órganos procedentes del año 1616.
En la sacristía podrás contemplar
una gran mesa de mármol que fue un regalo del Papa. Esta mesa tiene la curiosa historia de que era ocultada por el Duque de Lerma al rey cuando este visitaba la ciudad.
No podremos dejar pasar la oportunidad de contemplar
la plaza de Santa Clara en nuestra visita a Lerma. En ella, podremos contemplar el sepulcro de un famoso guerrillero de la Guerra de la Independencia que era conocido con el nombre del cura Merino.

Justo al lado de esta plaza se encuentra
el mirador de los Arcos, desde donde podremos contemplar unas vistas increíbles de la vega del río Arlanza.
Nuestra visita terminará con
el monasterio de la Ascensión, que fue construido durante el año 1610. Este fue el primer convento que se fundó por los duques de Uceda. Es la residencia actual de las monjas franciscanas clarisas.
Una de las mejores formas de visitar esta villa es mediante una de las
visitas guiadas que ofrece la oficina de turismo de la villa. Estas tienen una duración de algo más de una hora y un precio de 4 €.
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