El Pirineo es una cadena montañosa imponente que actúa como una barrera portentosa entre los territorios de
Francia y España. Este espacio también ha sido, durante los siglos, una franja mágica en las
rutas de peregrinación como el Camino de Santiago. Otra ruta destacable es la que siguieron los cátaros desde el
sur de Francia hasta el norte de España, huyendo de la persecución a la que estaban sometidos en Occitania. Actualmente, los caminos que trazaron aquellos
buenos hombres, como eran conocidos, forman una ruta senderista que atraviesa paisajes naturales espectaculares y poblaciones históricas.
Historia
El
Camino de los Buenos Hombres proviene de una historia dentro del cristianismo. A partir del
siglo X, en el seno de esta religión se propagó un movimiento religioso que sacudió a la Iglesia y reinos de aquel momento.
Los cátaros obtuvieron gran fuerza al
sur de Francia, donde se originó todo esto y tuvieron que huir de sus tierras al ser perseguidos. Gran parte lo hizo por el Pirineo, buscando un hogar en la actual Cataluña. El incesante flujo de fugitivos cátaros dejó rutas con una huella en la historia.
Los cátaros promovían un pensamiento
puro y sencillo, alejado del derroche o las riquezas, y centrándose en la espiritualidad. Esta moral les sirvió para ser llamados
Buenos Hombres u
Hombres Perfectos. Actualmente, aquella migración ha sido el hilo conductor para crear un camino de peregrinaje que recuerda
aquel itinerario de los cátaros atravesando los Pirineos
en busca de su salvación.
Lugares clave del Camino de los Buenos Hombres
Esta atractiva ruta parte desde la población de
Foix, en
Francia, cerca de Montsegur, se atraviesa el departamento de Ariège y el territorio histórico de la Cerdanya, para finalizar en el
santuario de Queralt,
en Berga, en la comarca catalana de
El Berguedà.
Se trata de una travesía de aproximadamente
200 kilómetros, que discurre a través del GR-107 a ambos lados de la frontera
entre España y Francia. La ruta conduce por paisajes montañosos pirenaicos, valles y poblaciones de gran interés que se encuentran en el camino, pasando desde alturas que no llegan a los
400 metros de altitud hasta superar los 2500.
Divida en etapas y variantes, que pueden ser recorridas de distinta manera, durante el recorrido existen
alojamientos y refugios, así como establecimientos de
restauración, permitiéndonos disfrutar del camino en todas sus variantes. Muchos de los restaurantes nos ofrecerán platos similares a los de aquella época.
En la ruta se van descubriendo lugares de gran belleza natural como el
Parque Natural del Cadí-Moixeró, con el emblemático Pedraforca, o valles como el de
Camurac, en pleno Pirineo, junto al extremo más oriental de Andorra. La importancia histórica y cultural es evidente en poblaciones con este patrimonio.
Los castillos de Foix y Montsegur o el
Santuario de Queralt son los más representativos. No debemos olvidar poblaciones como
Puigcerdà o
Aix-les-Thermes, famosa por sus aguas termales y sus baños.
Junto a todo lo anterior, encontramos aldeas llenas de encanto como
Gósol,
Bagà,
Bellver de Cerdanya,
Orlú o
Roquefixada, creando una combinación entre naturaleza y pueblos. Esta ruta de senderismo por los Pirineos cuenta con motivos suficientes para seguir los pasos de los antiguos cátaros y vivir una experiencia entre fronteras que cautivará a todo el mundo.